Qué son las hormonas de la felicidad y cómo actúan en el cerebro
Cuatro sustancias químicas impactan en nuestro estado de ánimo: endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina. Y hoy descubrimos cómo potenciarlas con hábitos simples.
La búsqueda de la felicidad hace parte inherente de la experiencia humana y hoy sabemos que nuestro cerebro juega un papel fundamental en este proceso. El llamado "cuarteto de la felicidad" es responsable de esas intensas sensaciones de alegría, satisfacción y bienestar que todos anhelamos.
Para conocer más sobre estas fascinantes sustancias químicas, la doctora Ana Isabel Sanz, una eminente psiquiatra y psicoterapeuta nos habla del tema.
Con una vasta experiencia en trastornos afectivos y de ansiedad, así como en desarrollo infantil y adolescente, la Dra. Sanz nos ofrece una detallada explicación sobre las hormonas de la felicidad, así como su relevancia para el cerebro y el bienestar en nuestra vida diaria.
¿Por qué se dice que hay hormonas de la felicidad?
La felicidad es una experiencia de satisfacción, bienestar y alegría. Aunque está influenciada por nuestras creencias, comportamientos y entorno social, tiene una base química en el cerebro. Las llamadas hormonas de la felicidad son neurotransmisores indispensables en la generación y regulación de estas emociones positivas.
De acuerdo con un estudio publicado en Journal of Clinical & Diagnostir Research, la felicidad es un estado mental que ocurre cuando el cerebro libera ciertas sustancias químicas. Estos químicos, como la dopamina, la oxitocina, la serotonina y las endorfinas, actúan como mensajeros en el cerebro y desencadenan reacciones que influyen en nuestro estado de ánimo, energía y sensación de placer.
La Dra. Sanz resalta que estas hormonas no solo son las responsables de esta avalancha emocional, sino que el cerebro y el sistema nervioso son protagonistas en este proceso.
Esto se debe a que son el centro de procesamiento y toma de conciencia de estas emociones, conectándolas con nuestra vida y objetivos. En consecuencia, afecta de forma natural nuestra conducta y bienestar general.
Así, mientras que la felicidad incluye aspectos más amplios como creencias y valores, la química cerebral es fundamental para permitirnos experimentar y entender este estado tan deseado.
¿Cuál es la función de estas sustancias químicas?
Tal como nos explica la Dra. Sanz, las hormonas de la felicidad son sustancias químicas que el cerebro produce y que desempeñan un rol crucial en la regulación de nuestras emociones y estado de ánimo. A continuación, revisamos los aspectos claves de cada una de ellas:
1. Endorfinas: los analgésicos naturales del cuerpo
De acuerdo con la Dra. Sanz, las endorfinas son pequeñas cadenas de proteínas producidas por el hipotálamo y la hipófisis. Su estructura es similar a la de los opiáceos, pero sin los riesgos asociados a estas drogas. Actúan como analgésicos naturales y mejoran nuestra sensación de bienestar de varias maneras:
Producimos endorfinas, por ejemplo, al realizar ejercicio de forma bien planificada y con la ingestión de ciertos alimentos ricos en proteínas y aminoácidos. También al tener actividad sexual, al practicar de forma regular la meditación, al masajear el cuerpo, al reírnos y mediante técnicas específicas, como la acupuntura. ~ Dra. Sanz ~
2. Serotonina: el pilar del bienestar
Al hablar de las hormonas de la felicidad, la Dra. Sanz aclara que la serotonina es uno de los neurotransmisores más importantes en la regulación de nuestro estado de ánimo y bienestar a largo plazo. Esta hormona no solo mejora nuestro humor, sino que también influye en funciones críticas, como el sueño, la memoria y la concentración.
Cuando los niveles de serotonina son bajos, los efectos pueden ser significativos y variados. A nivel emocional, una deficiencia de serotonina puede provocar irritabilidad, mal humor, y una falta general de motivación. En casos más severos, puede llevar a trastornos del estado de ánimo como ansiedad e incluso depresión clínica, tal como lo explica una investigación de World Psychiatry.
Según la Dra. Sanz, un nivel insuficiente de serotonina suele estar relacionado con problemas de sueño, debido a su impacto en la producción de melatonina: la hormona que regula el ciclo del sueño. De igual manera, el déficit de serotonina también afecta nuestras capacidades cognitivas.
La falta de este neurotransmisor puede interferir con la memoria, la atención y el aprendizaje, lo que puede disminuir el rendimiento en el ámbito personal y profesional. Incluso, algunas investigaciones recientes, como una publicada en Ageing Research Reviews, sugieren que el sistema de neurotransmisores serotoninérgicos del cerebro está involucrado en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
3. Dopamina: la chispa del placer
La dopamina es un neurotransmisor crucial asociado con el placer inmediato y la recompensa. Cada vez que experimentamos algo gratificante, como comer nuestros alimentos favoritos, lograr un objetivo o disfrutar de una actividad recreativa, nuestro cerebro libera dopamina, lo que nos hace sentir bien y nos motiva a repetir esas conductas.
Sin embargo, la Dra. Sanz resalta que esta capacidad de generar placer instantáneo también tiene un lado oscuro, ya que puede conducir a comportamientos adictivos y compulsivos. En respuesta a los efectos negativos de la sobreestimulación dopaminérgica, ha surgido la práctica del "ayuno de dopamina".
Este concepto implica limitar de forma temporal la exposición a estímulos gratificantes para reducir la dependencia de los picos de placer. En palabras de la Dra. Sanz, "cuando se habla de 'ayuno de dopamina', en realidad, se alude a una restricción y racionalización de esa forma de estimularse".
El "ayuno de dopamina" se enfoca en intervenciones conductuales que regulan la frecuencia y el modo de exposición a estímulos, como las redes sociales, los videojuegos y la comida rápida.
Esta práctica busca promover un uso más consciente y equilibrado de las fuentes de placer, lo que ayuda a reducir los comportamientos adictivos y fomentar un bienestar emocional más sostenible.
4. Oxitocina: la hormona del amor
La oxitocina es fundamental en la formación y el fortalecimiento de los lazos afectivos y las relaciones interpersonales. Esta hormona y neurotransmisor es esencial para las interacciones sociales y el bienestar emocional. De hecho, se libera en diversas situaciones que fomentan el apego y la confianza.
Tanto la oxitocina como la serotonina facilitan el acercamiento y el interés a otras personas. No obstante, el enamoramiento y el amor estable implican la combinación de varios elementos facilitadores y la interacción personal: un fenómeno mucho más complejo que la mera elevación de una hormona. ~ Dra. Sanz. ~
Lo anterior quiere decir que, aunque la oxitocina es conocida como la hormona del amor, no determina que nos enamoremos de alguien. Más bien, promueve la unión con otras personas, así como el interés y la conexión emocional, lo que crea un ambiente propicio para que surjan sentimientos más profundos.
Hábitos cotidianos para aumentar el "cuarteto de la felicidad"
La Dra. Sanz, aconseja adoptar ciertos hábitos en nuestra vida diaria para ayudar a incrementar los niveles de las hormonas de la felicidad y poder mejorar nuestro bienestar emocional y físico. Entre ellos resaltan los siguientes:
Las hormonas de la felicidad son cruciales para nuestro bienestar emocional
A través de la liberación de endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina, nuestro cerebro regula la percepción del placer, la satisfacción y el apego. Cada una de estas hormonas contribuye a nuestra experiencia de felicidad de manera única.
En vista de esto, tal como lo resalta la Dra. Sanz, procura adoptar hábitos saludables en tu rutina para optimizar la producción de estas hormonas, mejorar tu bienestar emocional y disfrutar de una vida más plena y satisfactoria.