Las bandas que pide el FMI implican una devaluación que puede llegar al 50%

19.03.2025

Ahora se habla de una franja para el dólar oficial que va de 1300 a 1600. "Se esperaba que el acuerdo con el FMI fuera trabajado con mayor tranquilidad y no con la urgencia actual, como si se tratara de un salvataje ineludible", afirmó un operador de Wall Street.

Toto Caputo reconoció el martes que la posibilidad de establecer un sistema de bandas para que flote el dólar oficial está en el corazón de las discusiones con el FMI. Caputo quedó traumatizado con ese sistema porque en 2018 cuando era funcionario de Macri se aplicó desde el Banco Central y se dilapidaron todas las reservas.

Por eso el acuerdo se sigue demorando, pese a las constantes filtraciones del ministro sobre un cierre inminente, que llegaron al ridículo de difundir un comunicado blue, entre los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda.

No es un secreto que el organismo le pide a Milei que, en una secuencia gradual de levantamiento del cepo, se avance hacia un sistema de flotación de la moneda, paso que implica una devaluación.

Así confirmaron papers de los principales bancos de inversión, y hasta el propio jefe de gabinete Guillermo Francos. El organismo pedía un dólar que flote entre 1400 y 1700 pesos, antes de habilitar las intervenciones del Banco Central. Economía tuvo un triunfo menor, ahora las bandas se ubican entre 1300 y 1600 pesos.

La resistencia de Caputo es lógica. El sistema de bandas es en rigor una devaluación disfrazada. Lo que mira el FMI es el piso, si tenés una devaluación que supera el 20%, pero el Central sólo puede intervenir para bajar el dólar si cruza la franja superior y ahí la devaluación supera el 50%.

Por eso en el encuentro del IAEF de este martes en el que estaban los principales empresarios del país, el consenso era de rechazo al sistema de bandas. "Si hacen eso vamos a una espiralización inflacionaria", dijo el dueño de una de las empresas de energía más grandes del país.

Un economista que participó de la experiencia del 2018 agregó otro problema: "El sistema de bandas no sirve en la Argentina, el mercado te toma el tiempo, te juega arriba y abajo y te vacía de reservas".

Ricardo Arriazu, uno de los economistas más escuchados por Javier Milei, confirmó ese diagnóstico: "Si hay flotación compacta como en el 2018 va a haber problemas".

Arriazu defendió la intervención del precio de dólar que practica Caputo: "¿Cómo estabilizo el dólar? Interviniendo. Tan sencillo como eso".

El problema es que Caputo ya no tiene reservas para seguir haciendo eso. De ahí la búsqueda desesperada de un acuerdo con el FMI que lo fondee. Y el Fondo le exige devaluar y flotar para que no se gaste los fondos que le gira en intervenciones. Caputo frece como primer paso eliminar el dólar blend y aguantar hasta las elecciones para devaluar. O sea, es un tema de cuando no de que. En ese laberinto ingresó el programa económico.

"Se esperaba que el acuerdo con el FMI fuera trabajado con mayor tranquilidad y no con la urgencia actual como si se tratara de un salvaje ineludible. Como si no se vislumbrara la existencia un Plan B. Por consiguiente, eso habla de que al equipo económico las cosas no le han salido tal lo planeado", explicó un operador de Wall Street.

Martin Kalos, fundador de la consultora Epyca, destacó que aún si se avanza sobre el sistema de bandas, quedan abiertas las preguntas sobre cuál va a ser la tasa mensual devaluación, la dinámica de actualización de esas bandas y la cantidad de dólares disponibles para intervenir y sostener el precio.

"Si lo dejas fija la banda, supongamos entre $1400 y $1700, dentro de tres meses puede que te quede corto. En ese lapso, lo más probable es que el precio del dólar vaya al top de franja, y requiera la intervención del Banco Central en algunas oportunidades". afirmó Kalos y agregó que una banda de flotación entre $1400 y $1700 es "sumamente amplia".

Lógicamente, liberar el dólar hasta los $1600 o $1700 tiene consecuencias sociales dramáticas. Eso explica que los planes de corrección incorporen medidas respecto a precios y salarios, los dos grandes ausentes del caso. Cuando el dólar sube, se produce una fenomenal transferencia desde los asalariados, cuyos ingresos son en pesos, hacia la fracción del capital que revaloriza sus activos dolarizados.

"La inflación hoy ya tiene una resistencia en torno al 2,5% difícil de perforar. Con la flotación el Gobierno pierde todo su capital político y su caballito de batalla que era erradicar por completo al flagelo inflacionario", precisó un economista de la oposición. "Para que lleguen los dólares del FMI, el gobierno tiene que dejar de lado su intransigencia cambiaria y abandonar el crawl del 1%", completó la fuente.

La discusión sobre la política cambiaria y su estrecha relación con precios y salarios, pone en el centro de la escena el nudo gordiano de la economía doméstica: los múltiples factores que generan una mayor demanda de dólares de los que genera.

Info: Luciana Glezer

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