La Casa Blanca espera que el ataque concluya el ciclo de enfrentamientos entre Israel e Irán
Washington cree que la respuesta israelí ha sido "proporcionada" y espera que Teherán no conteste en vísperas de las elecciones estadounidenses
Estados Unidos cree que el ataque de Israel a Irán ha sido "proporcionado", pero, según la agencia de noticias Bloomberg, también ha ofrecido asistencia militar directa a Arabia Saudí en el caso de que Teherán ataque a ese país. En todo caso, la Casa Blanca de Joe Biden parece relativamente tranquila con la acción de Tel Aviv y, sobre todo, con la moderada respuesta de Irán.
La actitud de Teherán parece exactamente la misma que cuando Israel atacó las defensas aéreas de uno de los centros de su programa nuclear, en abril, también como represalia a otro ataque con misiles que habían sido interceptados en su mayor parte por las fuerzas de EEUU, Francia, Reino Unido, Jordania y otros países árabes. En aquella ocasión, Irán minimizó la importancia del ataque y se limitó a afirmar que "damos por terminado" el enfrentamiento con Israel.
Esta vez hay más en juego. A falta de 11 días para las elecciones en EEUU, lo último que querría el Partido Demócrata, en el poder, es un recrudecimiento todavía mayor de la guerra en Oriente Próximo, que le ha llevado a perder prácticamente todo el voto musulmán, especialmente importante en el decisivo estado de Michigan, y podría entregarle la presidencia a Donald Trump. Incluso el día del ataque -un viernes por la noche en EEUU y Europa- es relativamente bueno para las aspiraciones de Kamala Harris, porque da al menos 48 horas hasta que empiecen a reabrirse los mercados financieros, especialmente del petróleo.
Trump, por su parte, también apoya a Israel. El ex presidente ha declarado esta semana que habla frecuentemente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y, según informaciones aparecidas en los medios de comunicación estadounidenses, ha recomendado a éste que "haga lo que tenga que hacer". Trump y Netanyahu comparten no solo estilo político sino, también, convicciones en relación al conflicto de Oriente Próximo, incluyendo el rechazo a la creación de un Estado palestino.
Ése fue el mensaje de la coordinadora de relaciones entre la Casa Blanca y la Comunidad Judía de Estados Unidos, Sheley Greenspan, en un comunicado difundido este sábado en el que declara que "éste debería ser el último intercambio de fuego directo entre Israel e Irán", aunque con un toque de advertencia en la afirmación de que "el presidente Biden y la vicepresidenta Harris han demostrado claramente que siempre defenderemos a Israel y mantendremos seguro a su pueblo y a su territorio de [los ataques de] Irán y de los grupos terroristas que siguen sus órdenes".
Ésa es la verdadera cuadratura del círculo, dado que Irán no va a dejar de apoyar a Hizbulá, el grupo armado chií libanés con el que Israel está en guerra en la actualidad. Así pues, el potencial para más enfrentamientos sigue ahí, aunque la Casa Blanca espera que éstos no lleguen hasta después del 5 de noviembre, fecha de las elecciones.
Israel había informado a Estados Unidos del ataque con antelación. Según el Wall Street Journal, Washington recibió la notificación el viernes, unas seis horas antes de que los aviones despegaran, aunque otras fuentes elevan ese plazo a varios días. No obstante, el propio equipo de Biden había declarado que Washington estaba ayudando a Tel Aviv a escoger los objetivos militares que iban a recibir los bombardeos, lo que indica una clara cooperación militar entre los dos países. Israel recibe cada año 3.800 millones de dólares (cerca de 3.600 millones de euros) de ayuda militar estadounidense. Ahora, la cifra es mayor tras los atentados de Hamas contra el Estado hebreo del 7 de octubre de 2023 que desencadenaron el actual conflicto.
Un aspecto importante, y totalmente secreto, de los bombardeos israelíes es el papel jugado por los propios Estados Unidos y otros países árabes en ellos. Es posible que aviones cisterna estadounidenses reabastecieran en vuelo a los cazabombarderos israelíes que, además, tuvieron que sobrevolar el espacio aéreo de Irak - totalmente controlado por EEUU-, Jordania, Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico aliados de Washington.
Info: Pablo Pardo - El Mundo