La campaña agrícola no será lo que el campo y el Gobierno esperan
La campaña gruesa está en marcha, con proyecciones poco alentadoras. Se producirá más soja, caerá el maíz y el aporte del campo a la economía será menor en comparación con el ciclo previo. Malestar por la falta de lluvias y la continuidad de las retenciones.
La Bolsa de Cereales realizó el lanzamiento de la Campaña Gruesa 2024/25, un clásico para esta época del año, donde se presentan las primeras estimaciones de producción, exportación y contribución de las cadenas agrícolas a la economía argentina para el nuevo ciclo productivo.
En esta instancia se traza una proyección de lo que los técnicos y analistas vislumbran para el negocio agrícola. Después de una jornada en la que se vertió mucha información, queda claro que los productores jugarán a la defensiva y que no será una campaña para salir a recuperar lo perdido tras varios años de sequía, porque habrá menos inversión y porque además los márgenes de rentabilidad se no salen del sótano.
Según la entidad porteña, el panorama es complejo desde el vamos, porque se presume que tendremos un pronóstico climático de "Niña débil o Neutro"; porque más allá de los avances anunciados por la red nacional de monitoreo de la chicharrita, la amenaza para el maíz está latente y porque además las relaciones de insumo/producto no son buenas. Por todo esto, se estima que se implantará una superficie total de 28,25 millones de hectáreas con los principales cultivos de verano, donde la soja crece y el maíz cae en intención de siembra.
En cuanto a este punto, Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación Cadena de la Soja (ACSOJA) aseguró que tal como se dijo en el último congreso de la entidad -realizado la semana pasada en Rosario- el cultivo está retomando la curva. Según Rossi, "este año la expectativa que hay indica que la soja va a ocupar gran parte de la caída del maíz, con lo cual, haciendo las cuentas, con un año normal, si es que sucede y se equivocan los meteorólogos y con cierta aplicación de tecnología, vamos a estar probablemente en torno a una producción de 55 millones de toneladas. Eso va a reducir la capacidad ociosa de la industria y con lo que importamos desde Paraguay, podemos entrar otra vez en un buen camino. De todas maneras, lo que queremos no es que un cultivo reemplace a otro, sino que se pueda sumar por todos lados y eso no está pasando porque no se dan las condiciones económicas".
Los dichos de Rossi condicen perfectamente con lo anunciado por la entidad bursatil, ya que las proyecciones indican que se sembrarían 19 MHa de soja, 6,3 MHa de maíz, 1,9 MHa de girasol y 1 MHa de sorgo, donde la soja crecería 9,8 %, el girasol 5,4 %, el sorgo 5,3 % y el maíz caería estrepitosamente un 20,3 %.
Mas allá de los esfuerzos desde las entidades productivas, académicas y técnicas que participan de la red nacional de monitoreo de la chicharrita, los números mandan y no sólo caería el maíz en intención de siembra sino también en tecnología aplicada al cultivo.
Federico Zerboni, presidente de la Asociación Maíz y Sorgo (MAIZAR) explicó que cambió el foco en cuanto a la chicharrita, que antes era el centro de la incertidumbre. Ahora lo son la falta de lluvias, la sequía que se está extendiendo y los malos precios internacionales por la alta producción mundial de maíz. Según Zerboni, "el tema de la chicharrita está latente, pero creemos que no va a complicar en ningún lado. Lo que sí complica es si no hay humedad, por eso hay que ir día a día. Hoy las perspectivas no son buenas y eso se ve reflejado en la venta de semillas, que está más baja que otros años, y con una situación también bastante compleja -especialmente en el norte- en cuanto a lo financiero. El productor prefiere hacer soja, que es un cultivo más barato, con menos inversión y no se endeuda para sembrar maíz. Es que con bajos precios internacionales y altos costos internos, el sistema no resiste retenciones".
Proyecciones de producción para la campaña gruesa
Lo más importante desde ahora y hasta que termine la campaña 2024/25 es la evolución en las lluvias, especialmente durante la ventana se siembra y el período de definición de rendimiento en cada una de las zonas productivas. Según el análisis de la BCBA, "la estimación de cosecha ascendería a 52 MTn para soja, a 4 MTn para el girasol y 3,3 MTn para sorgo, reflejando aumentos interanuales del 3,0 %, 11%, y 10 %, respectivamente. Caso contrario para el maíz, con una proyección de producción de 47 MTn, lo que implica una merma interanual de -5,1 %".
Bajo este contexto, Ramiro Costa, economista jefe de la entidad, destacó que la producción proyectada de 130 millones de toneladas para la campaña 24/25 representa un aumento del 2,6% respecto a la campaña anterior.
El problema es la falta de agua y los números, que no cierran
Las expectativas de una buena cosecha en Brasil y en Estados Unidos presionan los precios de los granos hacia la baja, incluso por debajo de los promedios del año pasado. La entidad porteña detalló que "el precio promedio disponible de la soja se ubica en los 368 usd/tn, lo que representa una caída del 24%. Por su parte, maíz alcanza los 155 usd/tn, es decir, un 17% por debajo del valor registrado en el mismo periodo del año anterior". La baja es fuerte, teniendo en cuenta que entre ambos cultivos se acumula prácticamente 3/4 partes de la cosecha total.
En cuanto a esta preocupación, la Fundación Mediterranea advirtió en su último reporte denominado Monitor Productivo que los márgenes agrícolas están "entre algodones". El informe explica que "al considerar los rindes medios de cada región, excepto del maíz en zona extrapampeana (centro – norte del país) que se ajusta un 30% por debajo de la media para captar el efecto negativo que tuvo "la chicharrita" en estas zonas, se estima que entre enero – agosto de este año el margen neto del productor (después de impuestos) promedió USD 373/hta en zona núcleo (sudeste de Córdoba) y USD 102/hta en zona extrapampeana (supuestos generales: 500 hectáreas, campo propio, 50% soja – 50% maíz). En zona núcleo se observa una mejora del 42% respecto a los márgenes de la sequía 2023 (USD 263/hta), pero en zona extrapampeana se encontraron incluso 16% peor (USD 122/hta) y se acumulan ya dos años consecutivos de malos resultados en la región. En perspectiva, los márgenes de este año se ubican 60-80% por debajo de los registros 2022 previos a la sequía, debido fundamentalmente a la caída en el precio de los granos.
Según la entidad, "los márgenes proyectados para 2025 suponen rendimientos medios "normales" en ambas zonas, tanto para soja como para maíz". Se asume que en zonas extrapampeanas la variable de ajuste por efecto "chicharrita" del maíz será el área de siembra y no tanto el rinde medio (productores que prevean mermas de rindes similares a las de 2024 directamente no sembrarán el cultivo). Permaneciendo todo lo demás constante, dado los precios esperados para la soja y el maíz en Chicago en 2025 (USD 389 y USD 197 por ton, respectivamente), los márgenes (después de impuestos) están dando USD 318/hta en zona núcleo y USD 145/hta en zona extrapampeana, un 65-70% por debajo del último año en que se registraron rendimientos "normales" en ambas zonas (2022).
Atrás quedaron las épocas de lluvias y de valores récord para los granos. Hoy la realidad es otra y sin precipitaciones en los pronósticos a corto y mediano plazo, la campaña agrícola se hace cuesta arriba: no hay misterios, como siempre ocurre, el agua y los precios son los que mandan. Por eso duelen más que nunca las retenciones, porque ya no se trata de ganar más o menos sino de evitar el quebranto en el 70% de los lotes, donde el negocio es mediante el arrendamiento. He aquí la explicación del por qué los productores seguirán adelante, pero realizarán sus planteos a la defensiva. Esto impactará también en el fisco y la economía en su conjunto, ya que las exportaciones agrícolas disminuirían un 3,1%, alcanzando los U$S 28.793 M. y la recaudación fiscal sería de U$S 13.950 M. (-3,7%) y el valor agregado se reduciría a 40.890 MUSD (-2,2%).
Info: Daniel Aprile - Ámbito