"Durante un año en Gaza se informó de la matanza cada día en promedio de 40 niños y niñas. Esta es una guerra contra los niños”
"Los ataques contra niños y niñas en Gaza no pueden normalizarse", afirma James Elder, portavoz global de la agencia de Naciones Unidas para la infancia, UNICEF.
Elder acaba de visitar Gaza en su cuarta misión al territorio en los últimos doce meses.
El vocero tiene dos décadas de experiencia en conflictos, pero en el caso de Gaza enfrenta algo que jamás le había ocurrido: tener que recordar al mundo "que los niños palestinos son niños".
El 7 de octubre se cumplió un año de la escalada de violencia en Gaza tras el ataque de Hamás en Israel en el que murieron cerca de 1.200 personas y más de 200 fueron tomadas rehenes, según autoridades israelíes.
La posterior ofensiva de Israel en Gaza dejó más de 41.000 muertos, incluyendo más de 16.000 niños, y cerca de 100 mil heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Más de 10.000 personas siguen desaparecidas, presuntamente bajo escombros, según fuentes palestinas.
En un video que publicó en
twitter en esta última visita a Gaza decía que era "como el primer día". ¿A
dónde fue en esta ocasión y qué vio?
Estuve en Deir el Bala, en la zona central de Gaza. Decía que era como el primer día por el aspecto de los hospitales. En los primeros días del conflicto los hospitales eran zonas de guerra y eso no ha cambiado. Los pasillos están llenos de civiles, de madres, de niños, todos con brutales heridas de guerra.
Las explosiones de bombas provocan tres efectos en el cuerpo de un niño. Los fragmentos de metralla pueden atravesar concreto, por lo que son devastadores para el cuerpo de un niño. Están además las cosas pesadas que caen sobre un niño o los niños que son arrojados de los edificios en las explosiones. Y luego están las horrendas quemaduras.
Cuando el hospital se inunda de gente debido a la escala de los bombardeos hay niños en los pisos. Cada vez que regreso a Gaza los hospitales siguen con sangre en el suelo, padres llorando, niños heridos. Por eso sentí que podría haber sido el primer día.
Pero claro, no es como el primer día. Es mucho peor. Es acumulativo. El sufrimiento en Gaza está empujando el límite de lo que pensábamos era posible.
Usted ha dicho que las cicatrices en los niños son mucho más profundas que las heridas físicas. ¿Puede explicar los niveles de trauma psicológico que ha visto?
El 85% de la Franja de Gaza se encuentra bajo algún tipo de orden de evacuación. Entonces la gente está hacinada en áreas pequeñas, se han desplazado tres, cuatro, cinco, ocho veces.
Hablé con una psicóloga infantil que me dijo que estamos en un territorio desconocido en lo que respecta al estado psicológico de los niños. Creo que es justo decir que todos los niños de Gaza necesitarán algún tipo de apoyo de salud mental.
En este momento, por supuesto, la mayor parte de ese apoyo proviene de sus padres, pero los padres están sufriendo como sus hijos, por lo que no están en condiciones de brindarles el tipo de atención psicológica que necesitan.
No puedo describir el nivel de trauma porque creo que los especialistas capacitados no pueden describirlo. Y es posible que no comprendamos lo grave que es hasta que cesen los bombardeos y la gente empiece a volver a sus casas y a percibir a cuantos de sus amigos o familiares han matado.
Para ayudarnos a comprender el
trauma del continuo desplazamiento, ¿puede hablarnos de algún niño o niña que
haya conocido?
Puedo hablarles de una niña llamada Qama, que tiene 8 años. Después de resultar herida en un bombardeo acabó en un hospital del norte que es una maternidad.
Fui a este hospital en noviembre y literalmente vi gente desangrándose en los pasillos. No es un hospital de traumatología, no tenía el equipo ni los médicos para atender la gran cantidad de víctimas que estaba recibiendo.
Entonces cuando llegó Qama, en cualquier otra situación podrían haberle salvado la pierna. Pero los médicos tomaron la rápida decisión de amputar porque tenían mucho miedo a una infección, ya que muchos de estos hospitales no tienen antibióticos básicos.
La vida de esta pequeña cambió irrevocablemente. Más aún cuando los dos lugares que hacían prótesis en Gaza no están funcionando en este momento y la gran mayoría de niños como ella no están recibiendo aprobación de Israel para una evacuación médica.
¿Qué pasó después de que la niña fue operada?
Su mamá encontró una silla de ruedas. De pronto debieron salir del hospital y empujar una silla de ruedas con una niña con una pierna recién amputada a través de uno o dos kilómetros de polvo y arena en dirección sur.
Buscaron cualquier refugio que pudieron encontrar y fueron a Khan Yunis, pero allí hubo otro ataque y tuvieron que desplazarse otra vez.
Hay que recordar que cuando un niño vive un bombardeo es algo terrible. La niña sintió esa realidad a través de los fragmentos de metralla y del dolor inmenso e inimaginable en su pierna y luego sufrió una amputación.
Cualquier bombardeo futuro simplemente aumentará el trauma. No puedo imaginar cómo su madre intentaría apaciguarla en las noches durante esos bombardeos.
Cuando hubo un ataque contra Khan Yunis se desplazaron nuevamente en medio de la noche, bajo ataque aéreo, con tanques en tierra, con todos los gritos de terror de otras personas, y se dirigieron a Rafah. Luego Rafah fue invadida y tuvieron que mudarse nuevamente y todo ese escenario se repitió.
Ciertamente mis palabras no le hacen justicia a lo que estaban soportando la madre y sus tres hijos, y lo que están soportando los abuelos. Ya habían destruido su casa familiar, todo por lo que habían trabajado fue destruido en un instante. Y ahora se mudan por tercera vez con esta niña con una pierna recién amputada.
Cuando los conocí estaban en Deir el Balah, donde, por cierto, esta semana hubo un ataque en el que se informó que murieron 51 personas. Ellos han aprendido absolutamente lo que hemos estado tratando de decir durante muchos, muchos meses: que ningún lugar es seguro en Gaza.
¿Está llamando UNICEF a un
cese el fuego?
Sí, absolutamente, eso no ha cambiado. UNICEF y Naciones Unidas deben haber pedido un cese el fuego unas cien veces.
Dadas las esperanzas aplastadas y las promesas incumplidas, puede parecer inútil seguir pidiendo un alto el fuego, seguir pidiendo la paz. Pero el costo de permanecer en silencio sigue siendo mayor.
Cada día que seguimos esperando, más niños mueren. Por eso no podemos darnos el lujo de dejar de pedir lo que sabemos es la única solución humana. También quiero hablar de los rehenes y el tormento inimaginable que todavía están pasando en algún lugar de Gaza, y el dolor y tormento que están pasando sus familias en Israel.
La gran, gran mayoría de los rehenes fueron liberados durante la pausa humanitaria sostenida o alto el fuego o como quiera que se le llamara oficialmente, que tuvo lugar a finales de noviembre, diciembre. Desde entonces se ha liberado un número diminuto.
Entonces, si se quiere evitar la muerte de niños, distribuir ayuda humanitaria, detener el brote de enfermedades y hacer que los rehenes vuelvan a sus hogares, siempre ha habido solo una respuesta: un alto el fuego.
Info: BBC News