Curar sin dolor: científicas de la UNQ desarrollan un apósito inteligente que acelera la cicatrización

23.04.2025

El innovador vendaje, desarrollado en el Laboratorio de Bionanotecnología, se propone como un tratamiento indoloro, rápido y eficaz.

Jimena Prieto, Carolina Martinez y Ayelen Sosa fueron quienes desarrollaron el innovador vendaje (Crédito: Agencia de Noticias de la UNQ)
Jimena Prieto, Carolina Martinez y Ayelen Sosa fueron quienes desarrollaron el innovador vendaje (Crédito: Agencia de Noticias de la UNQ)

Ya sea por quemaduras o cortaduras, las lesiones en la piel son más comunes de lo que todos desearían. Para evitar infecciones, deben ser tratadas de manera rápida, indolora y eficaz. Bajo esta premisa, el desarrollo que presentan las científicas de la Universidad Nacional de Quilmes abre un camino al futuro de nuevos tratamientos. "Es un apósito que interviene de forma activa en el curado de heridas", explica con entusiasmo Ayelén Sosa, quien llevó adelante la mayor parte del trabajo. De hecho, el desarrollo del vendaje es el núcleo de su tesis doctoral realizada en el marco del Laboratorio de Bionanotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes. Los resultados a los que arribó, además, forman parte de un artículo publicado en la revista Pharmaceutics.

"No solo absorbe exudados y permite que la herida respire, sino que también contiene agentes activos que previenen infecciones y promueven la regeneración celular", agrega Sosa. Según la joven científica, esto hace que el vendaje pueda ser reemplazado luego de un período mayor y acorta los tiempos de curación de heridas. Una solución que llega desde un laboratorio argentino y podría impactar directamente en satisfacer una necesidad fundamental de las personas.

Al ser consultada sobre la forma de obtención de este apósito, Sosa responde que "se utilizó un biopolímero natural como la gelatina en el que se incorporó una emulsión con medicamentos que son antimicrobianos y cicatrizantes". El aspecto del producto es una película transparente que se adhiere fácilmente a la piel. Es resistente y capaz de absorber hasta cuatro veces su peso en líquidos, al mismo tiempo que permite que la herida se mantenga libre de microorganismos patógenos.

"Las emulsiones que utilizamos tienen nanopartículas y sulfadiazina de plata, compuestos que impiden el crecimiento de bacterias", apunta Carolina Martínez, que dirigió a Sosa en su trabajo de tesis. Las emulsiones contienen vitamina A y E que promueven la cicatrización y lidocaína que actúa como anestésico. En este sentido, Martínez detalla: "Utilizamos emulsiones para que todos los componentes se mezclen y permanezcan estables en el vendaje y que puedan liberarse de manera gradual".

Respecto de las ventajas adicionales que presenta este desarrollo con respecto a todos los que hay en el mercado, las científicas resaltan que el apósito, al no requerir de un cambio periódico, evita que las personas tengan que recurrir con frecuencia a centros de salud especializados. Además, el vendaje es amigable con el ambiente, ya que está desarrollado con componentes biodegradables.

Resta evaluar, de cara al futuro, cómo se comportará el apósito en modelos animales. "Si todos estos resultados son buenos, ahí podremos pasar a los ensayos clínicos. Representa el paso previo a que el producto esté al alcance de la población", relata Prieto, quien actualmente dirige el Laboratorio de Bionanotecnología de la UNQ. Que la solución, efectivamente, llegue a quienes la necesitan; ese es el objetivo que empuja los mejores esfuerzos de este grupo de investigadoras.

Info: Nadia Chiaramoni