China se rearma para disuadir a Estados Unidos: ostenta el segundo mayor gasto militar del mundo

06.03.2025

Pekín dispara su inversión en defensa para no descolgarse de la ola global con una subida este año de 230.000 millones de euros

Decenas de delegados uniformados acuden a la ceremonia de apertura de la Tercera Sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional en Pekín. JESSICA LEE, Efe
Decenas de delegados uniformados acuden a la ceremonia de apertura de la Tercera Sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional en Pekín. JESSICA LEE, Efe

La apabullante irrupción de Donald Trump ha agitado las tensiones globales y la defensa acapara ahora el centro del tablero geopolítico global. Si la Unión Europea plantea movilizar hasta 800.000 millones de euros para un histórico plan de rearme europeo después de que Washington suspendiera abruptamente la ayuda militar a Kiev, y la OTAN continúa apretando a los países de la Alianza para que incrementen el presupuesto militar, en China, que cuenta con la fuerza armada más grande del mundo, han anunciado un aumento del gasto en defensa del 7,2% para este año.

La subida del presupuesto militar del gigante asiático, alrededor de 230.000 millones de euros, va en línea con los aumentos de los dos años anteriores. Pero son muchos los analistas en defensa internacionales que aseguran que este gasto, en realidad, es por lo menos tres veces mayor que lo declarado públicamente: estaría rondando los 660.000 millones de euros, más cerca de la cifra propuesta para Bruselas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de los más de 800.000 millones del presupuesto militar de Estados Unidos para 2025.

Pekín, en estos momentos, sigue siendo el segundo mayor gastador militar del mundo. El Ejército Popular de Liberación (EPL), aunque no puede presumir del enorme despliegue permanente de las fuerzas estadounidenses por todo el planeta, lleva tiempo sacando músculo, intensificando sus patrullas alrededor de Taiwan, la isla autónoma que China ha prometido poner bajo su control, por la fuerza si fuera necesario, y realizando ejercicios militares con fuego real en aguas más lejanas del Pacífico.

Fue el miércoles, durante la apertura de la Asamblea Popular Nacional (APN), la cita anual del Parlamento chino, cuando se conoció el nuevo presupuesto militar. El primer ministro, Li Qiang, el encargado de abrir el cónclave con un discurso que en España sería lo equivalente a la intervención del presidente en el Debate sobre el Estado de la Nación (pero sin debate en el régimen chino), destacó la importancia de las mejoras estratégicas para la "preparación para el combate", frase que repite el líder de la superpotencia asiática, Xi Jinping, cada vez que se reúne con los mandos militares.

Desde que Xi se convirtiera en presidente y comandante en jefe de las fuerzas armadas, lanzando una importante reforma que aceleró la producción de armas y el reclutamiento de soldados, el presupuesto de defensa de China se ha disparado desde los 720.000 millones de yuanes en 2013, que al cambio son 93.000 millones de euros. Xi enfatiza a menudo que el ejército chino debe completar una "modernización total" para 2035, apuntalando una base industrial de defensa que desarrolla sistemas de armas destinados a disuadir a Estados Unidos.

El Presidente de China, Xi Jinping, asiste a la sesión inaugural de la Asamblea Popular Nacional en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín. Pedro Pardo. AFP
El Presidente de China, Xi Jinping, asiste a la sesión inaugural de la Asamblea Popular Nacional en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín. Pedro Pardo. AFP

En febrero, Trump sorprendió asegurando que este año se reuniría con su homólogo chino y con el presidente ruso, Vladimir Putin, para discutir la reducción a la mitad de los presupuestos militares de EEUU, China y Rusia. El republicano dijo que trataría de convencerlos para que reduzcan su gasto de defensa y que se comprometan también con la desnuclearización. La idea fue bien recibida, al menos públicamente, en Moscú. No tanto en Pekín. El Gobierno chino, desestimando la propuesta de Trump, dijo que EEUU debería dar ejemplo primero y recordó que Washington y Moscú juntos representan más del 90% de las armas nucleares del mundo.

Desde EEUU, muchos analistas militares suelen resaltar que uno de los puntos débiles del ejército chino es que carece de experiencia en combate y que todavía se está poniendo al día con muchas de las armas de alta tecnología. Pero también coinciden en que la ventaja de EEUU sobre China, en cuanto a fuerza militar, cada vez se está reduciendo más. En el aire, China ya es el único país, junto con EEUU, que cuenta con dos tipos de cazas furtivos

"La fuerza aérea china ha logrado importantes avances en la modernización de sus aviones, incluidos aviones de combate y bombarderos mejorados, y se está acercando rápidamente a la tecnología de los estándares estadounidenses en cuanto a los sistemas aéreos no tripulados [drones]", señalaba a finales del año pasado un informe del Pentágono.

China, que ya cuenta con la mayor fuerza naval del mundo (370 buques de guerra, frente a los 297 de EEUU), está expandiendo también su arsenal nuclear. Investigaciones internacionales sobre armas nucleares, como la que hace el Instituto de Investigación Internacional para la Paz de Estocolmo (Sipri), señalan que Pekín, en 2024, contaba con 600 ojivas nucleares frente a las 200 de 2020. Aunque están muy lejos aún de las más de 3.700 operativas con las que cuenta EEUU.

"El arsenal nuclear chino no sólo está creciendo en términos de número de ojivas desplegadas operativamente, sino también en cierta diversidad y sofisticación", señalaba el reporte del Pentágono. Se espera que, a finales de esta década, el país asiático supere el millar de ojivas nucleares, las cuales pueden ser trasportadas por misiles balísticos intercontinentales como el que el ejército chino lanzó al Pacífico el pasado septiembre, lo que representó el primer ensayo de este tipo conocido desde hace 44 años.

El miércoles, durante la apertura del legislativo chino, el informe que leyó el primer ministro Li Qiang también incluía la promesa de Pekín de "seguir mejorando la conducta política de los militares", una referencia a los escándalos de corrupción que han sacudido en los últimos años al EPL. El Gobierno chino lanzó una campaña anticorrupción que se ha llevado por delante a muchos altos cargos militares, empezando por el ex ministro de Defensa, Li Shangfu, un veterano general de 66 años que el año pasado fue oficialmente expulsado del Partido Comunista.

Info: El Mundo