Biden urge a alcanzar un alto el fuego en Gaza y Líbano mientras Netanyahu anuncia que continuará atacando

25.09.2024

"Ahora es el momento para que las partes finalicen los términos, devuelvan a los rehenes y garanticen la seguridad de Israel y Gaza, alivien el sufrimiento en Gaza"

Joe Biden se dirige a la Asamblea General de la ONU.AP
Joe Biden se dirige a la Asamblea General de la ONU.AP

Joe Biden ha aprovechado la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas para hacer un llamamiento a un aliado de Estados Unidos, Israel, para que detenga la escalada militar en Líbano y evite "una guerra generalizada" que, dijo, "no es en el interés de nadie". Biden ha insistido en que "incluso aunque la situación haya experimentado una escalada, una solución diplomática todavía es posible. De hecho, sigue siendo el único camino para un sistema de seguridad que dure y que permita a los residentes de ambos países regresar a sus hogares y en paz".

El discurso de Biden fue una despedida de cinco décadas de presencia en la arena internacional, y un llamamiento al optimismo, pero sin dejar de lado los conflictos que asolan al mundo, en especial Oriente Próximo, Ucrania y Sudán. Ahí es donde estuvo el mensaje más inmediato del presidente estadounidense, que no ocultó su frustración ante el fracaso de su propia diplomacia para lograr una tregua en Gaza y evitar la extensión del conflicto a Líbano y, también, a Cisjordania.

Aunque Biden atribuyó de manera explícita toda la responsabilidad de los conflictos a Hamas y a Hizbulá, Biden indirectamente ha pedido a Israel una contención que Tel Aviv rechaza. De hecho, y aunque no citó a ese país, Biden, lanzó un mensaje de distanciamiento. Mencionó en dos ocasiones la situación en Cisjordania, donde cientos de palestinos han sido asesinados por colonos y las Fuerzas Armadas de Israel desde que estalló la guerra en Gaza.

"No podemos seguir así"

Previo a la intervención de Biden, el secretario general de la ONU, António Guterres, proclamó este martes que "el estado de nuestro mundo es insostenible" y que "no podemos seguir así".

El político portugués señaló los tres males mayores que afectan al mundo: la impunidad, que se repite en todos los grandes conflictos actuales -en Gaza, Líbano, Ucrania o Sudán-; la desigualdad, que se agrava cada vez más entre los países y dentro de las fronteras de estos; y la incertidumbre que generan el cambio climático y una inteligencia artificial (IA) descontrolada.

Invadir otro país y devastar sociedades sin costo alguno

Sobre la impunidad, lamentó que un número creciente de países sientan que pueden violar la carta de la ONU y las leyes internacionales humanitarias, "invadir otro país, devastar sociedades enteras o ignorar olímpicamente el bienestar de su propia población".

Dijo que esta actitud prepotente se encuentra en Oriente Medio, en el corazón de Europa y en el Cuerno de África, y se detuvo especialmente en Gaza, donde la guerra ya va a cumplir un año con un saldo devastador de 41.300 muertos palestinos. Ahí lanzó una pregunta a Israel (sin nombrarlo) y a la comunidad internacional sobre el futuro después de la guerra.

"¿Cómo puede aceptar el mundo el futuro de un Estado (Israel) que incluye un gran número de palestinos sin ninguna libertad, derechos ni dignidad?", exclamó. Y cosechó una salva de aplausos cuando recordó que "nada puede justificar el castigo colectivo en Gaza".

Un 43 % de las riquezas en manos de un 1 % de población

Un 1 % de habitantes del mundo poseen el 43 % de los activos financieros del planeta y, sin embargo, en muchos países los gobiernos dan regalos fiscales a grandes empresas y a los 'ultrarricos' que van en detrimento de inversiones en salud, educación o protección social, criticó Guterres en lo que pareció una alusión velada a Estados Unidos.

Y "los que tienen poder político y económico, y los que creen tenerlo, son siempre reacios al cambio", pero a ellos les recordó que "si no hay reformas, la fragmentación es inevitable, y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia".

En lo referente a las incertidumbres, dijo que el mundo va entendiendo que un futuro sin combustibles fósiles es seguro, "pero la transición rápida no lo es", y criticó que en bastantes países "las compañías petroleras amasan fortunas enormes gracias a los subsidios", mientras la gente de a pie soporta los costos de la catástrofe climática.

En cuanto a la IA, reconoció que va a cambiar todo lo que conocemos, pero se preguntó en qué dirección: "¿Hacia más libertad o hacia más conflicto?, ¿hacia un mundo más sostenible, o una mayor desigualdad?, ¿a estar mejor informados, o a ser manipulados con más facilidad?".

Advirtió contra un hecho constatable, y es que unas pocas compañías han acumulado un enorme poder sobre la IA sin la menor supervisión, y recordó que solo un control global puede evitar lo que llamó "la Gran Fractura".

Info: Pablo Pardo. El Mundo