6 diferencias entre ser guapo y atractivo
Incluso si tu rostro o contextura física no responde a los ideales de belleza convencionales, puedes ser una persona muy atractiva. Aprende a potenciar tu encanto personal sin importar la apariencia.
Si sientes que no destacas por tu apariencia física, debes saber que la atracción verdadera abarca mucho más que eso. Además, aunque suelen usarse como palabras intercambiables, hay diferencia entre ser guapo y ser atractivo.
En este artículo, hablamos de las distinciones fundamentales entre tales cualidades y te damos consejos para ser una persona más atractiva.
Qué significa ser guapo o atractivo
Alguien guapo se destaca por su belleza y apariencia física. Este término se emplea para describir a las personas con cuerpo y aspecto hegemónico: aquel que coincide con los estándares sociales de belleza, según cada cultura.
Así, es común que en países orientales se considere bonita a quien tiene una piel clara y suave, ojos grandes y una figura delgada. Mientras tanto, en Occidente, es considerada guapa la persona con un rostro simétrico, una contextura delgada o atlética y ojos claros.
Por otro lado, una persona atractiva reúne una serie de rasgos personales y/o físicos que tienden a despertar interés y agrado en los demás. Por ejemplo, la forma en que habla, su lenguaje corporal y su carácter.
Principales diferencias entre ser guapo y ser atractivo
Ambas cualidades pueden coexistir. No vamos a negarlo, estar en el grupo privilegiado de aquellos que son guapos y atractivos al mismo tiempo es algo fantástico. Pero no todos contamos con esa suerte. Sin más, conozcamos los elementos que marcan la diferencia entre ser guapo y atractivo.
1. Criterio destacable
La principal diferencia entre guapo y atractivo radica en el foco de atención. Ser guapo significa tener una apariencia física agradable según los criterios culturales, pero ser atractivo implica más.
La atracción abarca una combinación de aspectos personales, donde el carisma y la actitud juegan un papel importante. Alguien que transmite confianza en su forma de caminar, es amable y tiene gestos espontáneos y naturales, puede ser atractivo sin importar si su cuerpo cumple con los cánones de belleza.
2. Grado de profundidad
Si bien la belleza física es muy valorada por algunas personas, no podemos ignorar que es un algo superficial. Es por esto que hay quienes nos atraen en un sentido físico y/o sexual, pero si no nos gusta su personalidad, rara vez logramos una conexión emocional con ellos.
En cambio, el atractivo que va más allá de la apariencia resulta más profundo. En estos casos, lo que nos seduce es cómo la persona es por dentro; la forma en la que nos trata, sus valores, su forma de ver el mundo y de actuar en él.
3. Nivel de subjetividad
Otra diferencia entre guapo y atractivo es que la percepción de lo primero está influenciada por los estándares culturales de belleza, lo que hace que tienda a ser más objetiva. Esto significa que, aunque siempre hay una cuota de subjetividad, la idea de guapura está determinada en gran medida por criterios externos y compartidos dentro de una cultura específica.
La atracción, en cambio, suele ser más subjetiva. Por ejemplo, a una persona le puede atraer alguien que tenga un sentido del humor similar al suyo, mientras que, a otra, lo que más le importa quizás es la empatía y sensibilidad.
4. Temporalidad
Con el paso de los años, nuestro cuerpo cambia. Aparecen arrugas, la piel pierde firmeza y el peso fluctúa. Algunos recurren a tratamientos de belleza y cirugías estéticas para contrarrestar estos cambios. Según los criterios culturales, la belleza parece ser exclusiva de la juventud. Entonces, también es temporal y fugaz.
Ahora bien, el carácter y la actitud suelen perdurar más en el tiempo. Así, tal vez una persona de 60 o 70 años nos parece igual o más atractiva que antes. Esto se debe a que, aunque el cuerpo cambie, los rasgos de personalidad tienen el potencial de crecer y fortalecerse con los años.
5. Nivel de autenticidad
La presión social por acercarnos lo mayor posible a los estándares de beldad nos lleva a querer ser lo que los demás quieren que seamos. Con frecuencia, adoptamos apariencias que no son nuestras. Podemos vestirnos según las tendencias, alisar nuestro cabello o usar la barba de cierta manera para encajar.
Además, la atracción está relacionada con la autenticidad. Las personas atractivas son más fieles a su propio estilo, muestran sinceridad y confianza con lo que son. A su vez, esto refleja una congruencia entre lo que proyectan hacia afuera y lo que sienten por dentro.
6. Impacto en las relaciones
Sumamos a la diferencia entre ser guapo y ser atractivo el impacto en las relaciones interpersonales. Ser guapo quizás dé ventajas sociales, abriendo algunas puertas con base en la primera impresión y en lo superficial. Pero aquí está el reto: si no hay una conexión más allá de lo externo, esas relaciones corren el riesgo de quedar en la superficie.
En cambio, tener una personalidad atrayente conduciría a vínculos más sólidos y genuinos. Las personas que se sienten atraídas por lo que eres, más allá de cómo te ves, estarán más abiertas a conectar contigo desde un lugar más profundo.
¿Cómo ser más atractivo? (siendo guapo o no)
Por supuesto que no hay nada malo en ser guapo, o en aspirar a serlo. Sin embargo, si tus genes no encajan con los ideales de belleza impuestos socialmente, tampoco está mal. Es bueno que cuides tu apariencia y hagas todos los cambios que desees para sentirte a gusto con lo que refleja el espejo.
Pero recuerda que la atracción no se reduce a lo físico. ¿La buena noticia? Siempre es posible trabajar para ser más atractivo. A veces, basta con pequeños cambios. Te compartimos algunos puntos respaldados por estudios científicos.
1. Cuida tu actitud
Ser optimista y tener sentido del humor quizás hace que te perciban más atractivo. Esto implica reírte de ti y sacar a relucir tu amabilidad, empatía y autoconfianza. Pero no se trata solo de creer en ti, sino también de ser auténtico y mostrarte tal como eres. Además, un estudio encontró que valores como la honestidad, el respeto y la fidelidad atraen.
2. Atiende a tu lenguaje corporal
No solo hablas con tu boca; tu cuerpo comunica de pies a cabeza. Distintas investigaciones sugieren que resulta atractiva una postura corporal expansiva (con el pecho abierto y la cabeza erguida). Evita cruzar los brazos, ya que esto puede proyectar una barrera o falta de apertura. Las sonrisas genuinas y el contacto visual también son fundamentales.
3. Mejora tus habilidades sociales
La capacidad de relacionarte y comunicarte de manera efectiva es otro factor clave. Practica la escucha activa, la asertividad y la empatía. Las conversaciones interesantes y significativas, donde ambas personas comparten y escuchan, son esenciales para establecer una conexión emocional verdadera.
4. Cultiva tus pasiones y persigue metas personales
Las personas que irradian entusiasmo y saben qué quieren en la vida, son de lo más seductoras. Seguro alguna vez te cautivó alguien que hablaba con pasión sobre aquello que le mueve. Demostrar que la vida no te pasa por el costado te vuelve mucho más atractivo ante los ojos de los demás, a la par de enriquecerte como persona.
5. Cuida tu aspecto e higiene
La apariencia no es todo, pero sí importa. Un dato interesante es que las mujeres llegan a sentirse más atraídas por la higiene y el cuidado personal, mientras que los hombres se fijan más en la belleza física. De todas formas, recuerda que el objetivo no es que te adhieras a los estándares irreales, sino que te presentes de una manera que te haga sentir comodidad y seguridad.
Más allá de la fachada
Haciendo una analogía, la belleza física podría compararse con la fachada de una casa. Es lo primero que llama la atención, lo que captura nuestra mirada de inmediato. Pero lo que de verdad define la calidad de un hogar es lo que hay dentro, la energía que transmite, la comodidad y la conexión entre las personas que lo habitan.
De manera similar, la verdadera atracción va más allá de la primera impresión física. Lo que en realidad nos cautiva y nos hace querer quedarnos con una persona, es cómo nos hace sentir.
Info: Psicóloga Laura Capeluto.