¿Qué es la gerontofilia? Atracción por personas mayores

17.10.2024

Enamorarse de alguien mayor no siempre se traduce en gerontofilia. Esta parafilia implica ciertos síntomas y criterios específicos, y solo en algunos casos se convierte en un trastorno parafílico que requiere tratamiento.

Sobre gustos no hay reglas fijas. Cada quien tiene sus preferencias sexuales y lo que les excita puede variar. Algunos se sienten atraídos por cuerpos grandes o pequeños, por ciertos rasgos de personalidad, o por estilos de sexo más intensos o suaves. Asimismo, hay gente que siente un gusto especial hacia quienes están en la etapa de la vejez. Esto se llama gerontofilia.

Tal término describe la atracción sexual hacia personas de edad avanzada. Este concepto genera controversia y, en ciertos casos, provoca enojo e incomodidad entre aquellos en una relación estable y saludable con alguien mayor.

Tipos de gerontofilia

Se habla de gerontofilia cuando hay una diferencia de edad de al menos 35 años, y estos casos pueden darse tanto en relaciones heterosexuales como en homosexuales.

Según el género del individuo que despierta la llama y el deseo sexual, se distingue entre alfamegamia y matronolagnia.

Mientras la alfamegamia se refiere a la atracción sexual hacia hombres mayores, la matronolagnia refleja la excitación e interés que surge con las mujeres de edad avanzada.

¿En qué caso el gusto por las personas mayores se considera una parafilia?

El simple hecho de que te gusten las personas mayores a ti, que estés en pareja con alguien de edad avanzada o que tengas fantasías sexuales relacionadas, no te convierte de forma directa en una persona gerontofílica.

Una parafilia es un patrón de comportamiento sexual en el que una persona encuentra excitación a través de objetos, situaciones o estímulos que no suelen causar impulso sexual en la mayoría.

Ahora bien, para que la gerontofilia clasifique como tal, la atracción tiene que ser algo más que una mera preferencia o interés ocasional. En este caso, debería cumplir con los siguientes síntomas y criterios diagnósticos:

  • Frecuencia: sentir esta atracción de forma repetida y buscar, a menudo, situaciones con mayores para sentir satisfacción sexual.
  • Intensidad: las fantasías, deseos o conductas sexuales con personas mayores son fuertes y forman una parte importante de la excitación sexual.
  • Exclusividad: la excitación y gratificación sexual se limita a las fantasías o comportamientos eróticos con personas grandes. Hay dificultad para disfrutar de relaciones sexuales con gente de otras edades.

Es importante aclarar que la parafilia no es una enfermedad y, en principio, no tiene por qué ser problemática. En cambio, si este interés sexual causa angustia o conflictos en la vida del individuo o de otros, entramos en el terreno de los trastornos parafílicos.

¿Y cuándo se considera un trastorno parafílico?

La principal diferencia entre una parafilia y un trastorno parafílico está en el impacto que este patrón de comportamiento tiene. Así, la gerontofilia como trastorno parafílico se vuelve patológica y cumple con todos o parte de estos criterios adicionales:

Malestar significativo: experimentar angustia, culpa, ansiedad o incomodidad debido al interés sexual.

Interferencia en la vida cotidiana: tener dificultades para llevar una vida normal y satisfactoria, porque la gerontofilia consume demasiado tiempo, energía y estabilidad emocional.

Impacto en las relaciones: los trastornos parafílicos pueden tener consecuencias negativas en las relaciones familiares, de pareja o amistades. Incluso puede llevar a un aislamiento social, si hay un foco exclusivo en los deseos parafílicos.

Riesgo para uno mismo o para terceros: la parafilia puede implicar comportamientos que ponen en riesgo la salud física o mental propia o ajena. Además, es posible que involucre la violación de los derechos, como la falta de consentimiento o la invasión de la privacidad.

El diagnóstico de trastorno parafílico no requiere cumplir con todos estos aspectos, pero sí con la mayoría. Por ejemplo, imagina que Juan tiene una fuerte fijación sexual hacia la gente mayor y se siente insatisfecho en su vida social debido a su enfoque exclusivo, además de experimentar angustia y culpa por sus fantasías.

Aunque no ha violado la privacidad o el consentimiento de otros, su malestar y las consecuencias en su vida diaria bastan para indicar que se trata de una parafilia patológica.

Causas de la gerontofilia

Quizás te sorprende ver a una mujer de unos 40 años con un hombre que supera los 90, y te preguntes por qué eligió a alguien tan mayor. Y no, no siempre tiene que ver con una cuenta bancaria abultada, como a veces suponen algunos.

Las causas de esta parafilia no están del todo claras, porque incluye una combinación de factores complejos. Sin embargo, podemos explorar algunas posibles razones detrás de ella.

Aspectos psicológicos

En ocasiones, la atracción por personas mayores surge de una necesidad de cuidado o protección asociada con la experiencia y la sabiduría que viene con la edad. También, puede estar relacionada con vivencias tempranas donde se establecen patrones de apego con figuras de autoridad o cuidadores mayores.

Comborbilidad con otras condiciones psicológicas

Por otro lado, hay trastornos psicológicos ligados con parafilias. Por ejemplo, la compulsión con ciertos patrones de conducta sexual puede ser un síntoma del TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). Así, el interés en personas mayores resulta una manifestación de estas obsesiones en lugar de una mera preferencia sexual.

Evitación de la intimidad con un par

Una revisión bibliográfica publicada en la Revista Médica Electrónica revela una posible causa de las experiencias gerontofílicas que es de lo más curiosa: algunos individuos se sentirían atraídos por personas longevas, como una forma de evitar la amenaza emocional que les generan las personas de su misma edad.

En consecuencia, los mayores pueden ser vistos como menos amenazantes en términos de compromiso emocional y expectativas, lo que aliviaría el temor a ser juzgado por pares.

Variación natural de la atracción

La diversidad en la sexualidad humana incluye muchas fuentes distintas de atracción. Algunas personas tienen preferencias muy específicas que se salen de lo que se considera típico. Así como a alguien le pueden excitar las personas con lunares o con una personalidad misteriosa, otros encuentran atractivos a quienes tienen más años de vida.

¿Se debe tratar?

Si se trata de una parafilia que no supone angustia significativa ni constituye un delito, no hay motivo para intervenir. Pero, si la gerontofilia cumple con varios de los criterios para ser considerada un trastorno parafílico, sí requiere tratamiento.

En este contexto, el enfoque suele incluir terapia cognitivo-conductual (TCC) para identificar y cambiar pensamientos y comportamientos problemáticos. A su vez, la terapia de aceptación y compromiso (ACT) también ayuda a los individuos a identificar sus valores y metas personales más allá de sus deseos parafílicos.

Por otro lado, en casos más serios, se puede considerar el uso de medicamentos. El abordaje farmacológico puede ser útil para regular los síntomas asociados cuando estos son graves. Por ejemplo, los antidepresivos y estabilizadores de ánimo contribuyen a reducir la ansiedad y mantener un equilibrio emocional.

Si la situación lo amerita, se pueden emplear otros fármacos específicos para gestionar los impulsos sexuales y las conductas disruptivas.

El impacto real es lo que importa

Hay que reconocer que cada caso es único. Casual o no, una relación con alguien mayor puede ser completamente funcional, satisfactoria y consensuada, sin que implique un trastorno parafílico.

Es cierto que, a veces, la línea entre lo saludable y lo no saludable es muy fina. Pero, en definitiva, lo esencial es considerar el efecto real de este interés sexual en la vida de la persona y sus relaciones.

Info: Psicóloga Leticia Martín Enjuto.