¿Qué es en realidad el amor propio?
En una sociedad que nos exige cumplir con estándares de perfección y éxito, quererse a sí mismo representa un acto de resistencia y autoafirmación, donde valoramos nuestra esencia por encima de las expectativas externas.
Romántico, de amistad, familiar… Existen diversos tipos de amor, y todos ellos implican entregar parte de nosotros a otra persona. Pero ¿dónde queda el amor propio? Ese que se siente cálido como un beso, aunque no lo recibimos de alguien más sino de nosotros mismos. Hablar de él evoca una inevitable sensación de felicidad, pues trata sobre nuestra persona, quien debería propiciar ese sentir.
En pocas palabras, es conocernos y admitirnos tal y como somos. Esto quiere decir que abrazamos todos los defectos que nos habitan. Imagínalo como cuando te miras en el espejo y sientes que cada partícula de ti es perfecta. No juzgas esos kilos de más, ni que uno de tus ojos es más pequeño que el otro. Sin caer en el narcisismo, podemos reconocer nuestra valía.
Cultivar esta cualidad es esencial para nuestro bienestar emocional y mental. En ocasiones, las inseguridades, esas vocecitas que intentan socavarlo, surgen para debilitarnos y hacernos dudar de lo que valemos, pero aprender a manejarlas es parte del proceso.
¿Qué implica amarse a uno mismo?
El amor propio es la capacidad de reconocer nuestras virtudes y defectos, aceptarnos y tratarnos con la misma compasión y cariño con los que trataríamos a un ser querido. También implica una relación positiva con quien somos, sin depender de la aprobación externa para sentirnos valiosos.
En la actualidad, este concepto ha ganado relevancia, en especial, en una sociedad que nos exige cumplir de manera constante con ciertos estándares de éxito, belleza y comportamiento. Sin embargo, esta idea tiende a malinterpretarse o se percibe como algo superficial, pues, al contrario, quererse a uno mismo significa reconocer el valor intrínseco que tenemos como personas, con independencia de las circunstancias o logros.
Walter Riso, psicólogo clínico, menciona en uno de sus libros que "quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el autorrespeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho de estar vivo". No puede ser más acertado. Esta es una invitación a valorar la propia dignidad y a buscar el bienestar personal, no como un objetivo condicionado por logros externos, sino como respeto hacia uno.
No es un acto de egocentrismo, amarse a sí mismo está relacionado con la autoaceptación y la autorresponsabilidad. Esto quiere decir que no solo nos reconocemos como seres únicos y valiosos, sino que también asumimos la responsabilidad de nuestro bienestar, decisiones y crecimiento personal. Al final del día, se trata de ser amables y comprensivos con nosotros y de tener una actitud positiva sobre nuestras habilidades y potencial.
Además, es un compromiso diario de cuidado y respeto. En este punto, es importante aclarar que, aunque tengamos una visión positiva de lo que somos, no significa que todo el tiempo nos sintamos bien con nosotros. Es normal enfrentar alguna decepción o enfado, pero eso no quita la importancia de seguir cultivando el amor personal, incluso en momentos difíciles.
¿Cómo influye el amor propio en nuestras vidas?
Cultivar una percepción positiva puede ser un desafío, pero es fundamental para la salud mental y emocional. Además, aporta numerosos beneficios que transforman la vida de manera significativa. Veamos algunos:
¿Cómo puedes empezar a amarte más?
Fomentar este sentimiento es un proceso constante que requiere tiempo, paciencia y práctica todos los días. En lugar de buscar la perfección, se trata de construir una relación saludable y equilibrada con uno mismo. A continuación, te presentamos algunas formas de fortalecerlo en tu vida diaria.
1. Cuida tu bienestar físico
El cuerpo es el templo que habitamos, por lo que es esencial darle el cuidado que necesita para mantenerlo saludable y fuerte. Practicar una rutina que incluya suficiente descanso, alimentación nutritiva y ejercicio regular, no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que también mejora el estado de ánimo y los niveles de energía. Al tratar tu cuerpo con respeto, te permites funcionar de manera más eficiente y envías un mensaje poderoso de cuidado y valor hacia ti.
2. Fija límites saludables
Establecer límites claros es fundamental para proteger tu salud emocional y mental. En muchas ocasiones, por temor al rechazo o al juicio, permitimos que otros invadan nuestro espacio personal o nos involucramos en compromisos que nos drenan la energía. Sin embargo, decir "no" cuando algo no se alinea con tus valores o necesidades es un acto de respeto contigo.
Si estableces y mantienes límites, los demás aprenden a respetar tu tiempo y energía
3. Practica la autocompasión
La autocompasión es una herramienta poderosa para afrontar los momentos difíciles con mayor resiliencia. Muchas veces, nos tratamos con severidad y nos juzgamos con dureza por errar o fracasar. Pero nadie es perfecto y fallar es una parte inevitable del aprendizaje. Al cambiar la autocrítica por el reconocimiento de tus esfuerzos y el cuidado hacia ti, es posible romper el ciclo del perfeccionismo y desarrollar una visión más amable y realista de tus logros.
En lugar de castigar tus fallos, intenta verlos como oportunidades de crecimiento.
4. Reconoce tus logros
A menudo, tendemos a minimizar nuestros logros o a compararlos con los ajenos, lo que puede deteriorar la autoestima. Tómate un momento cada día para reconocer lo que has logrado, por pequeño que sea. Celebrar tus victorias personales, por mínimas que parezcan, refuerza la idea de que eres digno/a de amor y reconocimiento. Cada paso hacia adelante es un reflejo de tu esfuerzo y determinación, y merece ser reconocido.
5. Agradece
Llevar un diario de gratitud es una excelente forma de entrenar la mente para enfocarse en lo positivo. Al escribir cada día tres cosas por las que agradeces, puedes cambiar tu perspectiva y aprender a apreciar más lo que tienes, en lugar de enfocarte en lo que te falta. Esta práctica es un recordatorio de que, aunque no seas perfecto/a, tu vida tiene muchos aspectos positivos.
6. Busca tiempo para ti
Vivimos en un mundo acelerado donde el tiempo libre parece un lujo. No obstante, reservar unos minutos, ya sea para relajarte, leer un libro o disfrutar de un momento de soledad, es esencial para tu bienestar. Aprender a disfrutar de tu propia compañía es una de las claves para desarrollar un amor propio genuino.
7. Reduce tu tiempo en redes sociales
El uso excesivo de estas plataformas puede provocar comparaciones que conducen a sentimientos de insuficiencia, ansiedad y depresión. Ser más consciente de cómo te afectan y bajar tu tiempo en ellas, a menos de 30 minutos al día, aliviaría sensaciones de soledad y miedo, según una publicación de Journal of Social and Clinical Psychology.
8. Practica mindfulness
El mindfulness es estar presentes en el momento y ser más conscientes de nuestros pensamientos y emociones. Además, esto te desconecta del ruido mental y reconecta con tu esencia, ayudándote a ser más consciente de cómo te sientes y por qué. Al practicarlo, desarrollas una mayor comprensión de ti y aprendes a responder a tus experiencias con una actitud de aceptación y compasión.
9. Cuando te mires en el espejo, date cumplidos
El espejo puede ser un reflejo de nuestras inseguridades, pero también una oportunidad para reconocer nuestra belleza interior y exterior. No te centres en lo que percibes como defectos, busca cualidades que te gusten de ti y exprésalas en voz alta. Al decirte cumplidos sinceros, por ejemplo, "me gusta cómo soy cuando sonrío" o "valoro mi determinación", refuerzas tu imagen positiva. Este simple acto de reconocimiento diario es capaz de transformar tu percepción personal.
10. Siéntete agradecido/a con tu cuerpo
Tu cuerpo es el vehículo para experimentar la vida, y merece ser tratado con gratitud y cuidado. Es fácil enfocarse en lo que nos gustaría cambiar, pero un enfoque de gratitud hacia nuestro cuerpo podría cambiar esta perspectiva. Agradece a tu físico por todo lo que hace por ti: por mantenerte en movimiento, por permitirte respirar profundo, por soportar las tensiones diarias.
Al adoptar esta actitud de gratitud, ves tu ser no como un conjunto de imperfecciones, sino como un aliado en tu camino de vida. Esta transformación de enfoque fomenta una relación más respetuosa con tu propio ser, contribuyendo a amarte más y al bienestar general.
Quererte es el primer paso hacia una vida plena
El amor propio es un viaje continuo de autoaceptación, respeto y autocuidado. No se trata de alcanzar un estado final de perfección, sino de practicar a diario actitudes que nos permitan crecer y fortalecernos en lo emocional. Al desarrollarlo, construimos una relación más equilibrada con nosotros, lo que nos capacita para enfrentar la vida con mayor confianza y resiliencia.
Esta base sólida es fundamental para forjar relaciones saludables, tomar decisiones alineadas con nuestros valores y abordar los desafíos con una mentalidad positiva. Si todavía no has comenzado a cultivar esta forma de amarte, ahora es el momento perfecto para hacerlo. Conócete, acéptate y valórate en cada paso de tu camino.
Info: Psicóloga Gema Sánchez Cuevas.